Como cada año, el American College of Sports and Medicine (ACSM) elabora una lista con las tendencias fitness que se llevarán el próximo año. ¿Adivinas cuáles son?
Los resultados que extrae el ACSM provienen de una encuesta mundial enviada a casi 27.000 profesionales de la actividad física y la salud, aunque finalmente solo se obtienen respuesta de aproximadamente 3.000 de ellos. Con estos datos, que llegan de países tan variados como Canadá, China, Francia, Alemania, India, Reino Unido o EE.UU, entre muchos otros, la organización americana ha elaborado una guía con veinte tendencias que nos indica hacia donde se va a dirigir el sector del fitness en 2016.
Este año ha habido una entrada inesperada en la lista que se ha colado directamente en el número 1 del ranking. Nos referimos a la Wearable technology o, traducido, tecnología portátil o “llevable”, todos esos dispositivos tecnológicos o inteligentes y cuantificadores que hacen más cómoda nuestra experiencia deportiva.
Es extraño que nunca hubiera aparecido esta categoría cuando desde hace años se vienen desarrollando aplicaciones o dispositivos como relojes o pulseras orientados a la práctica de fitness. Dentro de este campo entraría también la cosmética textil, es decir, las prendas deportivas confeccionadas con materiales inteligentes como son, por ejemplo, los pantalones de fitness de la firma AppleSkin, adelgazantes y con sustancias anticelulíticas y reafirmantes en las microcápsulas de su tejido.
La tecnología, en esta ocasión móvil, también se cuela en el puesto 17 con las aplicaciones para smartphones.
El resto de tendencias que aparecen ya formaban parte de la lista de 2015 y destacan el entrenamiento con el peso corporal, el entrenamiento interválico de alta intensidad (conocido como HIIT), y el de fuerza. Los profesionales del fitness y los entrenadores personales, por su parte, también están bien valorados y se posicionan alto como tendencia.
Y en cuanto a tendencias que desaparecen llama especialmente la atención el entrenamiento en niños para el tratamiento y la prevención de la obesidad, aunque se mantienen otras prácticas positivas como el entrenamiento de mayores, el ejercicio en grupo y la promoción de la salud en el lugar de trabajo.