A lo mejor estás en ese punto en el que no sabes si apuntarte al gimnasio o a un centro deportivo. Por cuestiones de tiempo, dinero y flexibilidad ¿no es mejor ejercitarse en casa? Hacemos por ti una lista de ventajas e inconvenientes para que puedas acertar con tu decisión.
¿Qué ventajas tiene ejercitarse desde casa?
Flexibilidad absoluta: Tú decides cuándo puedes sacar un ratito para hacer ejercicio. No tienes un horario marcado por lo que eres capaz de organizarte mejor tu día a día, tus periodos de trabajo, descanso y ejercicio.
Ahorro: ¡En casa no tendrás que pagar cuotas! Es posible que sí debas comprarte algún tipo de material que te ayude en casa a practicar diferentes ejercicios pero si haces el suficiente ejercicio lo amortizarás antes que los pagos mes a mes al gym.
Fuera comparaciones: No tendrás que preocuparte ni sentirte mal porque las personas de tu alrededor estén en forma y tengan una técnica depuradísima. Es cierto que el deporte es superación pero… ¡todos los comienzos son difíciles!
Cero vergüenza: Si tienes una forma peculiar de moverte, pones caras cuando pones en la cinta o sudas por encima de lo normal… ningún mirón va a pasarte el filtro. No hay ningún sitio que te dé más libertad que tu propia casa.
Sin aglomeraciones: Los gimnasios, especialmente los centros low cost suelen estar abarrotados a las horas punta. En tu casa no tendrás que hacer cola para ejercitarte en ninguna máquina ¿Qué sentido tiene ir al gimnasio y pasarte esperando la mitad del tiempo?
Monitores virtuales: Hoy en día existen muchos cursos virtuales o clases que puedes encontrar en Internet y en los que puedes fijarte para realizar tus sesiones deportivas.
¿Qué inconvenientes tiene ejercitarse desde casa?
Nadie te avisa si lo haces mal: Si te has creado tus propias rutinas deportivas pero no tienes supervisión alguna puede que estés realizando mal los ejercicios y puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Si no eres un experto es mejor que puedas contar con alguien que te eche una mano.
El afán de superación se desvanece: Lo de las comparaciones es un arma de doble filo. Estar en un centro deportivo rodeado de gente en forma o de gente que lo está intentando te da una dosis de motivación extra para superarte a ti mismo.
No hay sociabilización: De vez en cuando viene bien rodearse de gente que no tenga que ver con el ámbito laboral y con quien puedas compartir clases, risas y comentar la sesión. Compañeros de fatigas, vaya.
El material es escaso: O te montas un gimnasio completo en casa o probablemente siempre eches de menos algún material. En el gimnasio vas a tener de todo y, además, te van a enseñar a utilizarlo correctamente.
No sientes la “obligación” de hacer deporte: El hecho de que hayas adquirido un compromiso con tu centro deportivo, tus monitores y tus compañeros te empuja a no abandonar las sesiones, aunque vayas a regañadientes a veces, lo importante es que estás yendo.
Elijas la opción que elijas ve siempre con tus pantalones de fitness anticelulíticos AppleSkin contigo y acompaña tus rutinas con una buena alimentación. ¿Ya te has decidido?