Tener una buena digestión es más importante de lo que crees para gozar de buena salud y evitar molestias como estreñimiento, alergias, problemas de hígado o falta de absorción de nutrientes, entre otras.
¿Qué papel juega la digestión en nuestra salud? Para empezar, una buena digestión garantiza que nuestro organismo pueda absorber y aprovechar de forma óptima todos los nutrientes, además de la eliminación de toxinas.
Hay muchos factores que contribuyen a una buena o mala digestión. Por ejemplo, comer en exceso (sobre todo alimentos con mucha grasa), el estrés o una posición incorrecta al comer puede poner obstáculos al buen funcionamiento de nuestro organismo.
La alimentación es el aspecto que más influye. Por eso debes evitar abusar de productos fritos, guisos y salsas y, en general, alimentos que contengan mucho aceite. Las bebidas gaseosas, alcohólicas y el café tampoco ayudan a una buena digestión. Come solo cuando tengas apetito y no te pases con las cantidades (más vale comer más a menudo en menor cantidad).
Algunos alimentos que te ayudarán a regular tu digestión son:
- Frutos ácidos como las ciruelas, el limón o la naranja.
- Frutos secos como las avellanas o las almendras.
- Cereales integrales
- Aceite de oliva
- El agua es muy importante para una buena digestión pero ¡ojo! evita beber mucho líquido mientras estés comiendo ya que eso disminuye las secreciones de jugo gástrico, el responsable del proceso digestivo.
El ejercicio moderado y diario también ayuda a mejorar la digestión y a eliminar toxinas. Como sabes, el exceso de grasa y la intoxicación del organismo es una causa de la aparición de celulitis. Así que una buena salud digestiva también te ayudará a combatirla. Para asegurarte de que todo está en orden te aconsejamos que te hagas con unas mallas anticelulíticas y con efecto adelgazante AppleSkin y comiences a realizar estos :
Rodillas en el pecho: Sentado en el suelo realiza respiraciones profundas para relajar el cuerpo. Al exhalar junta las rodillas todo lo que puedas al pecho y mantén esta postura unos segundos. Realiza este ejercicio entre 3 y 5 veces.
El puente: Túmbate boca arriba con todo el cuerpo apoyado sobre el suelo y los brazos extendidos a los lados. Eleva los glúteos todo lo que puedas, estirando el cuerpo lo máximo posible como si fueras una tabla. Mantén la postura unos segundos y luego relaja el cuerpo. Realiza este ejercicio de 3 a 5 veces.
Sentado sobre las piernas: Únicamente se trata de sentarte sobre tus talones, inclinado ligeramente hacia atrás y apoyado con las palmas de las manos detrás, con los dedos hacia atrás. En esa posición levanta el pecho y arquea la espalda, echando la cabeza hacia atrás. Repite este ejercicio durante cinco respiraciones.