Igual que ocurre con la celulitis, las mujeres somos más propensas a padecer retención de líquidos. Un aumento inexplicable de peso es uno de los signos que nos ponen en alerta. Esto es lo que debes saber sobre la retención de líquidos y cómo combatirla.
La retención de líquidos se conoce también como edema y es la acumulación de líquidos en los tejidos. Es una afección que suele aparecer en edades avanzadas o en etapas que suponen importantes cambios y desajustes hormonales en la vida de la mujer. Es una de las principales causas de padecer celulitis.
Puede ser patológica, causada por problemas circulatorios o enfermedades renales o hepáticas, o no patológicas, causada por la dilatación de las venas en momentos en los que existen temperaturas altas.
¿Cuáles son sus síntomas?
Sobre todo notarás hinchazón en determinadas partes del cuerpo: piernas, tobillos, párpados, manos o abdomen, una disminución de la micción y sentirás cansancio y pesadez en las piernas.
¿Cuáles son sus causas?
Las causas más frecuentes de aparición de retención de líquidos son los malos hábitos que seguimos diariamente y que tienen que ver con la alimentación y la vida sedentaria. Una incorrecta hidratación o el consumo de alimentos con exceso de sal contribuyen a padecer retención de líquidos. Por otro lado, pasar demasiadas horas de pie, o sentados, en la misma posición también agrava el problema. Y, como ya hemos dicho, los cambios hormonales en determinadas etapas de la vida.
¿Cómo combatirla?
Alimentación:
- Reduce el consumo de sodio durante las comidas, reduciendo la cantidad de sal de tus platos.
- Limita el consumo de conservas, ahumados, embutidos o patés.
- Bebe por lo menos un litro y medio de agua al día.
Ejercicio:
- Es importante realizar actividades que favorezcan la circulación de la sangre correr, caminar, nadar o montar en bicicleta. Y si, mientras lo haces, llevas puestas las mallas de fitness AppleSkin estarás previniendo también la aparición de celulitis
- Evitar pasar mucho tiempo se pie o sentada sobre todo en lugares cerrados y calurosos.
Si eres propenso a retener líquidos, a la hora de sentarte o acostarte, hazlo con las piernas un poco elevadas, para evitar así una acumulación de sangre en las piernas.