Hay muchos tipos de centros deportivos, lo importante es encontrar el que se adapte a ti. El gimnasio es un lugar muy concurrido cuando termina el verano pero muchos lo abandonan al poco tiempo. Busca el que más encaje contigo para crearte una rutina y hacer deporte de forma habitual y con todas las garantías.
Estos son algunos de los aspectos en los que debes fijarte a la hora de escoger un gimnasio:
La ubicación: El gimnasio siempre debe estar cerca de tu casa o cerca de tu trabajo. Especialmente si eres propensa a la pereza. Pasar por casa después de un largo día de oficina contribuye al sedentarismo. Evita tener el sofá demasiado cerca y llévate a tu trabajo la mochila del gimnasio para que, antes de entrar o nada más salir, puedas ir directo.
El horario: Un horario amplio siempre es interesante, especialmente si piensas ir antes de entrar a trabajar o si lo que te viene bien es a última hora de la tarde. Cuanta más flexibilidad te permita tu gimnasio más acudirás a él. El fin de semana es buen momento para hacer algo de ejercicio ¿abre tu gimnasio sábados, domingos y días festivos?
Las instalaciones: Echa un vistazo a las instalaciones antes de seleccionar tu gimnasio. Con material nuevo y de última tecnología te será mucho más sencillo hacer todo tipo de ejercicios. Vigila que la cuota del gimnasio sea coherente con la calidad de las instalaciones. Si tiene piscina, sauna, cafetería… mucho mejor.
Las actividades: Lo más importante es no cerrarse a nada. Seguro que, una vez te acostumbres al gimnasio, te apetecerá probar todas las actividades que te ofrecen en él ¡cuántas más mejor! Si eres aficionado a la zumba comprueba que vas a poder practicarla pero lánzate también a aprender nuevas disciplinas. También son muy interesantes los servicios extra como fisioterapia o nutricionista.
Los profesores: Muchos gimnasios te permiten realizar una sesión de forma gratuita. ¿Por qué no aprovecharla para dar un par de clases y conocer a tus profesores? El feeling con los monitores es muy importante, serán ellos quien te motiven a continuar. No tengas miedo de preguntarles lo que necesites y déjate asesorar por ellos.
Los demás usuarios: Una de las peores cosas que pueden ocurrir en el gimnasio es que esté saturado de gente. No tiene sentido mentalizarte, ponerte tus mallas de fitness y acudir a ejercitarte y que luego tengas que hacer cola para utilizar una máquina. O que nunca encuentres sitio en las clases dirigidas. Infórmate sobre los límites de aforo y estudia a qué hora está tu gimnasio más despejado.