Desde pequeños nuestro paladar se ha ido acostumbrando a sabores dulces, originariamente con el dulzor propio de los alimentos, pero desgraciadamente, debido a los alimentos procesados, nos hemos ido acostumbrando a dulzores artificiales. Hablamos de alimentos que han sido endulzados con azúcar u otros edulcorantes creando en nuestras papilas gustativas una distorsión del sabor original del alimento y, a su vez, la necesidad de endulzar cada vez más nuestros alimentos. Seguir leyendo