La elección de la superficie es muy importante a la hora de salir a correr. Combinar el terreno por el que entrenamos tiene dos beneficios principales: evita lesiones y mantiene la motivación. Repasamos cómo repercute en nuestra carrera cada uno de ellos.
¿Cuáles son los puntos débiles para un corredor? ¿Qué zonas articulares son las más afectadas? ¿Sobre qué zonas quemamos más calorías? Para poder dar respuesta a estas preguntas hay que conocer un factor importantísimo para un corredor: el suelo donde pisa.
Hierba: Según aseguran muchos estudios, la hierba es el terreno más favorable para la carrera. Es blanda y por tanto implica un impacto mínimo de las articulaciones pero un trabajo importante para músculos, debido a que la superficie es irregular y hay que mantener la estabilidad. Eso sí, cuidado con las caídas, sobre todo cuando está mojada.
Asfalto: Correr por la calzada o por la carretera evita normalmente que te topes con irregularidades que tienen los terrenos naturales. Es una superficie plana y homogénea que viene bien cuando corres por la noche ya que la ciudad está iluminada o cuando llueve porque no resbala tanto como otras superficies pero, sin duda, es la más agresiva para tus articulaciones. Estas reciben una excesiva carga que a medio y largo plazo terminan por provocar sobrecargas y lesiones.
Arena: Mucha gente opta por correr por la playa pero la arena no es especialmente buena para este tipo de ejercicio. Debido a que la superficie cede con cada zancada, cuando nos impulsamos los músculos deben hacer un esfuerzo excesivo, aunque es cierto que el impacto para el pie es mínimo. Por otro lado, aumenta el número de calorías que quemas debido a que tu cuerpo trabaja para mantenerse estabilizado e impulsarte hacia adelante. La arena de playa es perfecta para andar o, en todo caso, para sesiones específicas y cortas.
Campo a través: Además de ponerte en forma supone un ejercicio de libertad por salirte de los caminos establecidos. Las subidas, bajadas, el esquivar baches, ramas, árboles… te hace quemar más calorías y hace que trabajen más músculos de tu cuerpo. La vegetación, igual que en el caso de correr por el césped, hace un efecto amortiguador y por tanto, es un terreno que provoca menos lesiones. La parte negativa es que es fácil resbalar con barro o tropezar.
Pista de atletismo: El tartán sintético es un material similar al hormigón y al asfalto, pero más blando y con una mayor elasticidad. En ellas aumenta el tiempo de contacto entre la superficie y el pie, y a largo plazo podría ocasionar algún problema en los tendones. Pero son perfectas si lo que buscamos es medir tiempos o distancias (miden 400 m).
Si lo tuyo no es correr y prefieres caminar, todas estas superficies son válidas para hacerlo y te exponer menos a los riesgos de lesión. Si además eres una de ese 95% de mujeres que padecen celulitis en sus piernas, es más conveniente que des largos paseos, porque producen menos impacto. Eso sí, siempre acompañada de tus leggings anticelulíticos con efecto adelgazante AppleSkin o bien de la faja AppleSkin compuesta por cristales bioactivos, si quieres conseguir un mayor resultado.
Ya lo sabes, a partir de hoy ¡vigila por dónde pisas!