Es verano y apetece salir a la calle, al parque, a la playa… y practicar tu deporte favorito. Pero como el sol aprieta más que de costumbre tienes que aprender a protegerte de los rayos UV de una forma especial.
La regla básica es evitar hacer deporte durante las horas centrales del día. Elige las primeras horas de la mañana o la tarde, cuando el sol empieza a caer. Además, dependiendo del deporte que practiques te expondrás a unos riesgos u otros.
Si tu ejercicio requiere estar dentro del mar debes saber que las gotas de agua salada producen un efecto lupa, y reflejan un 5% de la radiación solar por lo que la piel está un poco más expuesta. Para ello, utiliza una crema que aguante dentro del agua y recuerda secarte bien cuando salgas.
Sin movernos de la playa, si tu deporte se practica en la arena la cosa empeora porque esta superficie hace que tu piel reciba un 15% más de radiación ultravioleta. Y, aunque no te lo creas, el césped es aún más reflectante.
Si practicas voley playa, sales a hacer running o actividades similares recuerda hidratarte constantemente, llevar gorra y crema solar.
¿Y qué pasa con nuestro propio sudor? También es una amenaza para los protectores solares, así que tendrás que hacerte con uno especial para deportistas (muchas marcas ya tienen su crema específica). Aplícate protector especialmente en la cara, una zona muy sensible y proclive al envejecimiento prematuro de la piel. Recuerda cubrir orejas, nuca y escote, zonas que son propensas a quemarse.
Recuerda llevar prendas ligeras, que transpiren, como las mallas de fitness AppleSkin, cortas o largas, pero siempre frescas y resistentes.
¡Ah! Y no bajes la guardia en los días nublados. Recuerda que las nubes no forman una barrera contra la radiación UV.