Ésta es tu situación: llevas un par de meses yendo al gimnasio, te lo has tomado en serio y dedicas todos los días algunos minutos para hacer deporte. Y sorprendentemente y a pesar de que haces ejercicio cardiovascular, te has dado cuenta que, en lugar de perder peso (que era tu objetivo) lo estás ganando. ¿Qué está pasando?
No, no es que el mundo se haya vuelto loco ni que no estés haciendo las cosas bien. De hecho, es totalmente normal y tiene una causa: los primeros meses que realices ejercicio, cuando generalmente no estabas acostumbrada a hacerlo, son de acoplamiento. Es decir, nuestro cuerpo se está adaptando a una nueva rutina, el paso de un hábito sedentario a uno activo.
¿Cómo reaccionan nuestros músculos? El metabolismo estará más activo y los músculos tenderán a estar en tensión y a coger más fibra y eso se reflejará en la báscula. Pero no debe preocuparte, es un mero “trámite” de adaptación al nuevo estado. El ejercicio disminuye la grasa debido a que el cuerpo la quema para obtener más masa muscular, lo cual significa que, al principio, ganarás peso pero estarás a la vez moldeando tu figura.
Por otra parte, en esta primera fase, trae como consecuencia que el cuerpo retiene algo más de líquido. Esto es porque las células de nuestro organismo se están poniendo en forma y para ello necesitan aumentar su hidratación. La solución a este problema es muy fácil y de sobra conocida: hidrátate mucho.
Como sabes, la hidratación es básica a la hora de hacer deporte y rendir más en el gimnasio, además de sus beneficios básicos: elimina toxinas del organismo, hidrata tu piel y la conserva joven y sana, es necesaria para contrarrestar la celulitis y contribuye a un mejor rendimiento, ya no solo físico, sino también mental.
Además del ejercicio, lo que también contribuye a la quema de grasa son las mallas anticelulíticas AppleSkin, que además de efecto adelgazante ayudan a combatir la piel de naranja y están hechas especialmente para que te las lleves al gimnasio y te acompañen en tus ejercicios.
Te damos la enhorabuena por haber dado el paso hacia el buen hábito de hacer ejercicio, pero recuerda que tienes que tener algo de paciencia hasta ver los resultados. Estar en plena forma es una carrera que se consigue con esfuerzo. Y si todo ello lo acompañas con una dieta equilibrada que contribuya a mantener tu peso a raya, habrás conseguido la combinación perfecta.