No vamos a negar que la sal es un buen potenciado del sabor y que, sin ella, algunos platos pierden la gracia. Sin embargo, como con todo, es mejor no excedernos con ella. Hoy queremos darte algunos motivos para alejar el exceso de sal de nuestra vida.
La sal es cloruro sódico y, según afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) consumir demasiado se asocia a enfermedades como hipertensión arterial y aumenta el riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Asimismo, la OMS recomienda tomar, como máximo, cinco gramos de sal de mesa al día. ¿Cuál es el problema? Que, como ocurre con el azúcar, existen muchos alimentos procesados que ya incorporan cierta cantidad de sal. Esto nos obliga, por un lado, a leer las etiquetas con más atención y a reducir el consumo en casa.

Pero ¿en qué afecta el exceso de sal a nuestra salud?
En primer lugar, hay que destacar que nos hace más propensos a sufrir ciertas enfermedades como las cardiovasculares, además de otras dolencias como insuficiencia renal, osteoporosis, cáncer de estómago o pérdida de memoria. Por otro lado, la sal impide la absorción de creativa, responsable de la creación de masa muscular. El riesgo de padecer obesidad también aumenta y provoca retención de líquidos. Esto último puede desembocar en la aparición de celulitis.
Algunos alimentos con gran contenido en sal son el pan, el jamón, algunos tipos de queso, los ahumados, los alimentos preparados, el embutido y un largo etcétera. Eso sí, cuanto más naturales sean los alimentos mucho mejor.
Hoy en día podemos encontrar sustitutos a la sal como potenciados de sabor como por ejemplo las hierbas aromáticas, el ajo en polvo o la salsa de soja que, además, aportará a tus comidas un sabor diferente.
Si quieres mantener alejada la enfermedad, combatir la celulitis y sentirte sano y ligero ¡presta atención a lo que comes!