Lo sabemos, los comienzos son difíciles. Y sabemos también que te has aprendido de memoria los beneficios del deporte: previene enfermedades, alarga la vida, nos pone en forma… Lo complicado es el paso de la teoría a la práctica. La motivación es la clave para empezar a trabajar así que si lo que te hace falta es un empujoncito hoy te traemos algunos consejos para convertir tu cita con el deporte en un hábito.
¡No tires la toalla a la primera!
Prioridad en tu agenda
Hasta que se convierta en una rutina, el ejercicio tiene que ser tu prioridad, pues siempre hay excusas para ir retrasándolo. Convierte el ejercicio en una cita inamovible en la agenda. Organiza todo lo que tengas que hacer alrededor de ella. Plantéate ejercitarte por la mañana, así luego tendrás todo el día para dedicarlo a lo que tengas que hacer. Es muy importante que lo adaptes a tu horario de forma que puedas cumplirlo sin estresarte, porque tendemos a abandonar las cosas que nos estresan.
Pequeños retos diarios
No te marques grandes objetivos a corto plazo pues los resultados del deporte no son directos ni automáticos y solo conseguirás desmotivarte y pensar que tu esfuerzo no sirve para nada. Es mejor fijarte pequeñas pruebas diarias como aprender a hacer algún ejercicio o marcarte un tiempo o una meta: «Hoy llegaré corriendo hasta la playa o hoy voy a aprender a hacer abdominales correctamente». Ir consiguiendo retos nos estimula.
Deporte con banda sonora
Se ha demostrado científicamente que una correcta selección de música durante el entrenamiento aumenta nuestra resistencia hasta un 15%. Los expertos afirman que la música reduce la percepción del esfuerzo y empuja a las personas a mantener una rutina. Además, es innegable que nos pone de buen humor y es una buena idea relacionar actividades que nos gusten.
No seas esclava de la báscula
Lo de controlar tus progresos esta bien y para eso la báscula es de gran ayuda. Pero no conviertas una aliada en una enemiga. La báscula suele generarnos mucha ansiedad y mina nuestra motivación porque se converte en el centro de nuestros objetivos y preocupaciones. Pesarte todos los días no funciona pues el peso puede depender de muchas variables que ocurran en el día y sabemos que ponerse en forma es una carrera de fondo. Ten en cuenta que, según con qué ejercicios, aumentamos la masa muscular y eso no se traduce en una pérdida de peso pero sí en una reducción de grasa, que la báscula no ve. Así que no te dejes engañar y mantén una buena relación con la balanza.
Compañero de fatigas
¿Qué mejor para motivarse que el apoyo de otra persona? Desde el punto de vista de la motivación, las actividades en grupo son muy aconsejables. Pero si practicar deportes en equipo no es lo tuyo también puedes buscar un aliado que, por ejemplo, salga a correr contigo o alguien con quien ir al gimnasio. Valores como la cooperación, la competición y la socialización nos ayudan a comprometernos.
Del trabajo al gimnasio sin pasar por casa
Dejar el deporte para última hora te exige hacer un último esfuerzo. Evita pasar por casa antes de ir al gimnasio, pues tendrás la tentación de relajarte y ponerte cómoda. Si es necesario pasar por casa, que sea únicamente para cambiarte, descargar cosas o coger el ipod ¡no te relajes todavía!
No te preocupes si tu plan no funciona al principio, es cuestión de redefinir horarios u objetivos. A veces la motivación no se encuentra a la primera y hay que buscar nuevos estímulos. ¡Lo importante es que no te rindas!