La Navidad se plantea como todo un reto cuando estamos en medio de una dieta o cuando estamos esforzándonos por estar en forma. En Navidad nos relajamos y caemos en la tentación de abandonar la dieta o dejar el ejercicio a un lado. ¡Aquí van siete cosas que debes evitar en forma de pecados capitales!
1. Lujuria
Plantarse para no dejarse llevar por ciertos placeres es complicado, lo sabemos. Y más si se trata de cenas con los amigos, alguna copa de más, o una bandeja llena de turrones y polvorones. ¡Se fuerte! No es cuestión de obsesionarse pero ya sabes que los placeres se disfrutan más en dosis pequeñas.
2. Gula
Sí, la gula es el mayor escollo que vas a tener que superar estas vacaciones. Porque es inevitable comer más de la cuenta en las comidas familiares pero ¿es necesario hacerlo todos los días de Navidad? Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) estima que en las fiestas se pueden ganar entre dos y cuatro kilos de promedio. Y es que una tableta de chocolate o un polvorón tienen como mínimo 100 calorías.
3. Avaricia
Quererlo todo no es sano, y menos si lo que pides son cosas incompatibles: olvidarte de la dieta y el ejercicio pero seguir manteniendo un cuerpo diez después de la Navidad. No esperes a que ponerte en forma sea una vez más tu propósito de año nuevo e intentes perder en una semana lo que probablemente hayas ganado en un mes. ¿Por qué no evitarse ese esfuerzo extra? Huye de las dietas milagro con las que se aprovechan muchos a costa de tu salud. Algunos estudios revelan que perder peso es el segundo propósito de año nuevo que más se repite, después de dejar de fumar, pero solo un 50% de las personas que se lo plantean consiguen resultados. Como siempre te decimos ¡ponerse en forma es una carrera de fondo!
4. Pereza
El frío, las vacaciones, la fiesta, los resfriados típicos de estas fechas… cualquier excusa vale para dejar de hacer ejercicio. Es muy poco recomendable dejarse el gimnasio en las épocas vacacionales, aunque éstas sean cortas, primero porque deberíamos aprovechar esas circunstancias ya que solemos tener más tiempo y segundo, porque después cuesta mucho más volver a la rutina. Si no sabes qué regalo pedir estas Navidades, apuesta por unas mallas AppleSkin anticelulíticas con efecto adelgazante. Serán una buena motivación para seguir con el ejercicio, sabiendo además que ahora será doblemente efectivo.
5. Ira
Aunque no lo creas, perder peso no es solo cosa del físico, el estado de ánimo también se refleja en nuestro cuerpo. El enfado, la ansiedad, el estrés o la depresión normalmente aumentan el apetito y además liberamos una hormona que favorece la acumulación de grasa. Se denomina hidrocortisona y el cuerpo la libera cuando atraviesa épocas de estrés, lo cual propicia el incremento de la grasa en la zona central del cuerpo.
6. Envidia
Probablemente esta Navidad te reúnas con mucha gente y te reencuentres con esa persona a la que parece que las comilonas no le afecten porque siempre está perfecta. No te olvides de que cada persona tiene un metabolismo diferente y lo que a ella le funcione puede que no sea lo mismo que te funcione a ti. Para empezar cualquier rutina de adelgazamiento es imprescindible la confianza en uno mismo, la motivación y las ganas de superarse, y eso se consigue centrándose en una misma y no en las demás.
Se define como el deseo de ser más atractivo o importante que los demás. De igual forma que te recomendamos no compararse negativamente con otras personas, también es importante saber hacer autocrítica de los malos hábitos que todos tenemos. La que más te conoces eres tú misma, así que antes de empezar cualquier rutina para adelgazar reflexiona sobre esas cosas que haces más y es mejor que cambies cuanto antes.
¡Evita estos pecados esta Navidad y pasa unas felices y sanas fiestas!