Mucha gente no sabe que el yoga no solo es una disciplina física sino que se preocupa por cómo conseguir el bienestar del cuerpo y la mente y en eso influye mucho nuestra alimentación. La dieta que propone el yoga es lactovegetariana y da lucidez y energía.
¿Qué contiene una dieta lactovegetariana? Se compone de cereales, legumbres, frutas, hortalizas, frutos secos, semillas y productos lácteos. Es una dieta que proviene de la India, donde hay una gran cantidad de población que apuesta por la dieta vegetariana.
Según el yoga y siguiendo las creencias del hinduismo en los alimentos también se encuentra el equilibrio entre las tres gunas, o tres cualidades que tiene todo ser humano. Así, la dieta se podría dividir en:
– Dieta “pura”: Es la que nutre al organismo y le aporta equilibrio, tranquilidad y energía. Es fundamental para la salud y se encuentra en las frutas y verduras frescas, los cereales integrales, los frutos secos, las legumbres, la miel, la leche y el queso fresco, entre otros.
– Dieta “estimulante”: Es la parte de la dieta que aporta actividad, pasión, que estimula el sistema nervioso y el ánimo. Entre los alimentos estimulantes: el pescado, la carne de animales (solo contemplan los recién cazados), los huevos, el pan, el azúcar, el café o el té.
– Dieta “pesada”: Estos son los alimentos que debemos alejar de nuestra dieta porque tienden a producir pérdida de energía y envejecimiento, además de desmotivación y pesadez. Hablamos de alimentos poco frescos, no naturales, muy cocidos o fritos, los quesos curados, las setas, las carnes grasas y las bebidas alcohólicas.
Pero para seguir la tradición alimenticia que promulga el yoga no solo hay que fijarse en los alimentos que se consumen sino también en la forma de comer. Así, la actitud al comer repercute en nuestro organismo. Según la ciencia del yoga habría que comer de forma pausada y tranquila, saboreando la comida, con alimentos preparados al vapor y otros crudos, aprendiendo a escuchar lo que nos pide el cuerpo e incluyendo la ración justa de comida en el plato.
El yoga apuesta, sobre todo, por las verduras, las frutas y, en general, los frutos de la tierra, porque son resultado de la interacción de agentes naturales como el sol, el aire, la tierra y el agua. Nuestro cuerpo está más preparado para metabolizar este tipo de alimentos que, por ejemplo, la carne, que debería ser más bien la excepción que la norma.
Como hemos dicho al comienzo, el yoga es conocido principalmente por ser una disciplina física, una especie de gimnasia postural cuyos beneficios repercuten en nuestra mente y en nuestro cuerpo. Entre sus beneficios físicos, el yoga te aporta flexibilidad y fortalecimiento de tus músculos, mejora tu postura y la salud de tus articulaciones, quema calorías y aumenta tu equilibrio. Además oxigena las células, aumenta el drenáje linfático y es muy positivo para el sistema cardiovascular. Es decir, el yoga es un ejercicio perfecto para combatir la celulitis, por eso te animamos a que lo pruebes y lo hagas con las mallas de fitness anticelulíticas y con efecto adelgazante AppleSkin de Happy Dance. Te permitirá realizar cualquier tipo de postura mientras combates la piel de naranja.
Ya lo sabes, si quieres equilibrar cuerpo y mente pásate al yoga, ahora tanto en el gimnasio como en la cocina.