A cada persona nos hace ganar peso unas cosas u otras, según su ritmo de vida, sus circunstancias personales y sus hábitos adquiridos ¿Contra qué te toca luchar a ti? Y lo más importante ¿es posible cambiarlo?
Hay etapas de nuestra vida en las que ganamos peso y no sabemos por qué. Seguramente tiene una explicación, el problema es que la mayoría de las veces no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo mal.
Vamos a hacer una lista con las causas por las que puedes estar aumentando de peso sin ser consciente. Aunque todo tiene solución, cambiar los hábitos que ya tienes interiorizados es una cuestión de tiempo, ganas y perseverancia.
- No puedo pasar sin el dulce: Las causas, al menos ahora en invierno con menos horas de sol, es la caída de los niveles de serotonina, la “hormona de la felicidad”. El cuerpo, que es inteligente, intenta suplirlo provocando cierto apetito por los dulces, que generan insulina y esta acelera la secreción de serotonina. Sin embargo, hay ciertas frutas como el plátano que satisface el apetito por lo dulce, igual que lo hace el chocolate negro, que además tiene muchos beneficios.
- Devoras todo lo que hay en el plato: Es propio de personas muy ocupadas, con mucho trabajo y poco tiempo para comer. Y menos para cocinar, claro. Si te saltas sistemáticamente el almuerzo, la merienda e incluso el desayuno en algunas ocasiones llegarás a comer o cenar con un hambre voraz. La solución es tomar pequeños tentempiés: un yogurt, una fruta… comida que puedas tomar en cualquier parte de forma cómoda. Además, intenta utilizar platos pequeños para servir tu comida y, si puedes, aprovecha el fin de semana para planificarte las comidas y cenas de la semana.
Tu agenda está repleta de eventos, tienes una ajetreada vida social: En verano se tiene más tiempo para uno mismo pero en esta época las reuniones de trabajo, las comidas de empresa, las cenas con amigos o los reencuentros familiares durante las fiestas navideñas hacen que, sin quererlo, puedas pasarte un poco con la comida y tengas poco control sobre tu dieta. Si es inevitable reducir tu agenda, intenta suplir todas esas salidas comiendo sano en casa, aumentando el consumo de verduras, frutas y carnes ligeras; evita las copas y acorta las sobremesas.
- Necesitas cargar las pilas: Las tareas cotidianas y el estrés diario pueden minar tus defensas y tu energía, lo que hace que estés demasiado cansada para planificarte una dieta en condiciones y acabes picando de aquí y de allá o consumiendo alimentos calóricos como comida rápida, grasa o llena de azúcar. En invierno nos suele invadir la pereza y eso afecta tanto a lo que comemos como a lo que nos movemos. Para tener más energía incorpora en tu dieta zumos de naranja y yogurts e intenta regular tu sueño acostándote siempre a la misma hora. También puedes probar a desplazarte andando a todas partes pues el llama al cansancio. Hazlo acompañada de tus mallas anticelulíticas AppleSkin, otra solución definitiva para cuidar la línea y combatir la celulitis. Además, al caminar con ellas al aire libre ayudarás a tu cuerpo a regular la producción de melatonina