Como ya te hemos contado algunas veces, en el peso y en tu tipo de cuerpo influyen muchos factores. A veces no solo depende de hacer ejercicio o de llevar una dieta sana (aunque es lo recomendable). La genética o, en este caso, las hormonas pueden influir en nuestro peso.
Que tus hormonas estén o no en equilibrio determinará desajustes en tu peso y en el almacenamiento de grasa. Nuestro estilo de vida rápido y, en ocasiones caótico, no ayuda a que las hormonas estén bajo control. Pero ¿en cuáles hay que poner el foco?
Insulina
¿Qué es? Es la hormona que regula el metabolismo y contrarresta la acción de otras hormonas generadoras de hiperglicemia y para mantener bajos los niveles de glucosa en sangre. Un desequilibrio en la insulina puede darle a tu cuerpo información errónea de cómo almacenar grasa. Así, puedes almacenar la energía en forma de grasa.
Para mantenerla bajo control evita un abuso de carbohidratos simples como el pan, la pasta, las patatas o los alimentos que contengan azúcar refinado.
Leptina
Se dice que es la hormona que sirve para controlar el peso porque inhibe la producción de otras hormonas y péptidos que incrementan el apetito y los deseos de comer. Si tienes bajos los niveles de leptina tendrás mayor sensación de hambre.
La leptina se regula durmiendo bien y con ejercicio regular. Prueba también a comer despacio masticando bien los alimentos.
Estrógeno
Son hormonas sexuales de tipo femenino que, cuando se disparan promueven el crecimiento de los tejidos sensibles a ellos como el adiposo; es decir, la grasa. Puede conducirte a un aumento de peso y al almacenamiento de grasa y celulitis.
Debes vigilar tu alimentación, evitar el consumo de alcohol y aumentar el consumo de fibra. Si quieres combatir la celulitis, además de ejercicio regular puedes contar con aliados como las cosmética textil, los pantalones anticelulíticos AppleSkin, masajes y cremas.
Cortisol
Es la hormona del estrés que tu cuerpo produce ante determinadas situaciones. El aumento del cortisol ralentiza el metabolismo y produce problemas digestivos y aumenta el apetito.
Lo mejor para evitar que aumente el cortisol es hacer ejercicio para liberar estrés, introducir en tu rutina prácticas relajantes como practicar yoga o salir a pasear por la naturaleza.