Siempre hemos pensado que hacer ejercicios de estiramiento tiene muchos beneficios pues mejora la movilidad del cuerpo, prepara y refuerza las articulaciones y los músculos, reduce tensiones y sobre todo, evita lesiones. Sin embargo, existen discrepancias entre si el mejor momento de realizar estos estiramientos es antes o después de la sesión de entrenamiento, o incluso las dos veces. Hoy te mostramos como cada momento tiene unos objetivos diferentes.
ESTIRAMIENTOS ANTES DE ENTRENAR
Tiene un objetivo preparatorio, es decir, poner tu cuerpo a punto para realizar el entrenamiento. Hay que intentar abarcar todos los músculos y las articulaciones por lo que una buena forma de estirar podría ser empezar desde el cuello e ir bajando hasta los pies. Los fines del estiramiento previo son aumentar el rango de movimiento de las articulaciones y mejorar la temperatura y lubricación del cuerpo para aumentar el rendimiento del ejercicio que vayamos a hacer posteriormente. Esta preparación sirve, como último fin, para evitar lesiones. Los movimientos tienen que ser suaves, debemos sentir que nos estamos esforzando pero no dolor.
A pesar de que estas indicaciones parecen las más aconsejables, los estudios científicos van en otra dirección, afirmando que el estiramiento previo al ejercicio puede disminuir el rendimiento del entrenamiento.
Los estudios científicos van en otra dirección, ya que señalan que el estiramiento puede disminuir el rendimiento en la prueba. Además, no existe evidencia de que ayude a prevenir lesiones por lo que, en general, no se recomienda estirar antes de la actividad física. Así, según una investigación publicada en The Journal of Strength and Conditioning Research, una revista dedicada a la investigación en temas deportivos, si estiras los músculos antes de realizar un ejercicio explosivo te sientes más débil y menos estable a la hora de hacerlo.
ESTIRAMIENTOS DESPUÉS DE ENTRENAR
En los estiramientos posteriores al ejercicio encontramos menos controversia. Los expertos coinciden en que su objetivo primordial es evitar contracturas y tirones provocados por la sesión deportiva que acabamos de realizar. Si los estiramientos previos eran más generales, aquí nos centraremos sobre todo en las zonas que hayan trabajado más. Debido a que después de entrenar los músculos están cansados y pueden quedarse algo agarrotados es importante no forzarlos estirando, sobre todo porque puede haber riesgo de que sufran microroturas, es decir, sobrestirar el músculo puede ser tan perjudicial como no estirar.
Entre los beneficios del estiramiento posterior encontramos, pues, la mejora de la coordinación, del drenaje del músculo, la descarga de tensión y la estimulación de la circulación sanguínea.
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