Una de las muchas cosas que nos están demostrando estos meses es lo mucho que valoramos estar cómodos. Pasamos mucho tiempo en casa y estamos aprendiendo a encontrar un nuevo bienestar. Y este pasa por llevar prendas cómodas, que nos permitan una total libertad de movimientos, que no nos presionen y con las que, además, nos sintamos favorecidas. Ha llegado el reinado de la ropa de fitness y repasamos todos sus usos.

Ropa deportiva para salir a la calle
Últimamente salimos a la calle poco y, si lo hacemos, es para dar paseos, ver a algún amigo, ir a la compra… Los grandes eventos han pasado a un segundo plano y eso ha hecho que prioricemos nuestra comodidad. Por eso, ya no existe tanta diferencia entre la ropa que utilizamos para “estar por casa”, la de hacer deporte y la de salir a la calle.
El estilo athleisure ya se puso de moda hace unos años pero entonces no nos imaginábamos todo el rendimiento que podíamos sacarle a nuestra ropa deportiva. Es importante que sea cómoda pero, ahora, vamos más allá. Nos gusta que siente bien, que tenga colores, estampados, transparencias…
Mallas para entrenar y…para bailar
El mundo de la danza también ha ido evolucionando en lo que respecta al vestuario. Es cierto que ciertos estilos son muy exigentes con la ropa que se viste sobre el escenario, sin embargo los bailarines cada vez visten más libres, más atrevidos y experimentan con patrones y modelos innovadores. Los ensayos y las clases de danza son algunos de los momentos y espacios en los que la ropa de fitness ha ganado importancia. Al fin y al cabo, se busca un mayor rendimiento y no hay nada más cómodo y técnico que los pantalones de fitness de Happy Dance.
La variedad que podemos encontrar hoy en día es muy amplia y se adapta a los gustos, necesidades y exigencias de todas las mujeres.