Hace aproximadamente diez años que empezó a practicarse en España pero es ahora cuando está experimentando un tremendo éxito. Y es que en el contexto de una sociedad acelerada, el nordic walking propone unos hábitos más tranquilos mientras practicas ejercicio.
Nació en Finlandia en 1930 como una forma de entrenar de los esquiadores nórdicos en las épocas de verano cuando no había nieve, pero no fue hasta los 90 cuando se renovó y convirtió en un deporte que traspasaba fronteras y seducía cada vez a más gente.
La marcha nórdica es un deporte de resistencia que se practica con un par de bastones de fibra de carbono y que consiste en realizar caminatas por la montaña a diferentes intensidades. Estos son algunos de sus múltiples beneficios que explican su éxito:
- Consumes un 40% más de calorías que las que gastarías únicamente caminando. Utilizas tanto el tren inferior como el superior y debes enfrentarte a los obstáculos que la montaña te va poniendo.
- Fortalece el sistema inmunitario a la vez que genera endorfinas, lo que te hace sentir más motivada y contenta.
- Beneficia tu capacidad pulmonar gracias a que caminas erguida y se practica al aire libre.
- Fortalece los huesos y las articulaciones evitando dolores propios de las hernias, la osteoporosis o los lumbagos. Además, favorece la reeducación postural.
- Reduce la presión sobre las articulaciones que generalmente sufren con el running. En este caso, no hay impactos bruscos contra el suelo y el movimiento siempre está acompañado por los bastones.
- Relaja las tensiones de la nuca y las verticales.
- Ayuda a dormir mejor y combate el estrés y la ansiedad.
- Si lo combinas con el uso de pantalones de fitness anticelulíticos de AppleSkin, combates la celulitis al mismo tiempo que te ejercitas.