El efecto rebote o efecto yo-yo es la consecuencia de seguir una dieta repentina y extrema en lugar de cambiar el hábito de alimentación poco a poco. Ocurre cuando el cuerpo pierde muchos kilos muy deprisa y, una vez se abandona la dieta, el cuerpo recupera el peso perdido o los sobrepasa. ¿Cómo podemos conservar el peso ideal y evitar el efecto rebote?
Las llamadas dietas milagro suelen ser las culpables directas de que se produzca el efecto rebote. Cuando queremos adelgazar rápidamente cometemos el error de seguir dietas muy bajas en calorías porque de esta manera nuestro cuerpo hace uso de la grasa que tenemos en el cuerpo para obtener energía y por tanto, bajamos de peso de forma muy notable, pero cuando nos descuidamos volvemos a recuperar el peso que teníamos e incluso lo aumentamos en un 20%.
Este tipo de dietas suelen proponer menos de 1200 calorías al día, lo que además puede provocar atrofia muscular, falta de nutrientes, debilidad física y mental, y problemas en el sistema inmune.
Suelen ser más propensos a padecer el efecto yo-yo aquellas personas que siguen dietas disociadas o que se basan en el consumo de un alimento en concreto, aquellos que prueban con dietas hipercalóricas muy estrictas, los que llevan vidas sedentarias o quienes tienen tendencia a subir de peso.
Es por eso que lo recomendable y beneficioso para nuestra salud, si queremos adelgazar, es adoptar un estilo de vida saludable, cambiar nuestros malos hábitos de alimentación de una manera pausada pero definitiva. Una vez conseguimos bajar de peso no hay de descuidar la alimentación y, para eso debes seguir una dieta de mantenimiento, es decir, comer de forma sana y equilibrada al menos cuatro o cinco días por semana y acompañarlo de una rutina de ejercicios diaria.
La dieta de mantenimiento no es una dieta como tal, es una forma de modificar nuestra nutrición para evitar desajustes en nuestro peso.
Además, para evitar adelgazar y engordar sin control procura marcarte metas realistas pues bajar de peso es una carrera de fondo; realiza actividad física al menos durante 30 minutos diarios e intenta que tu dieta sea variada sin olvidarte de ningún nutriente esencial, más vale que comas menos cantidad que disminuyas la calidad de tu dieta. Por último, controla tus emociones pues si estás aburrida, estresada o poco motivada eres más vulnerable a abandonar los buenos hábitos que vas adquiriendo.
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