Si trabajas en una oficina habrás notado la poca movilidad que tienes durante las horas de trabajo. Teniendo en cuenta que según los expertos el ejercicio físico mejora la rentabilidad en el trabajo ¿no es ya hora de cambiar de hábitos?
Un estudio de la Cátedra Sanitas Wellbeing de la Universidad Europea de Madrid demuestra que la práctica del ejercicio físico en el ámbito empresarial incrementa los niveles de fuerza muscular y reduce las posibilidades de padecer trastornos músculo-esqueléticos como el dolor lumbar, una de las principales causas de absentismo y bajas laborales.
¿Qué ejercicios puedes hacer en la oficina?
- Para evitar que los músculos estén rígidos o entumecidos, empieza por estirar cuello, brazos y piernas mientras estés sentada. Contrae tus abdominales y los glúteos durante unos segundos y después relájate. Mueve tu cabeza hacia adelante y hacia atrás, hacia un lado y hacia otro y estira el cuello; sacude tus muñecas y mueve los hombros haciendo círculos. Repite esta serie de ejercicios cada poco tiempo, sin necesidad de levantarte de la silla.
- Estar sentada mucho tiempo hace que la temperatura local aumente, esto hace que la sangre fluya más lentamente y por ello facilita la aparición de celulitis. Te aconsejamos que vayas de vez en cuando al trabajo con tus pantalones anticelulíticos AppleSkin, que tienen un cuidado diseño y te ayudarán a combatir la piel de naranja.
- La espalda es lo que más suele resentirse en estos casos así que, si tienes la suerte de tener un despacho propio y sabes que nadie te va a molestar puedes aprovechar tiempos muertos para apoyarte en la silla y hacer sentadillas manteniendo la espalda recta, o ejercicios abdominales tumbada en el suelo y con las piernas elevadas.
- No te quedes en la oficina a comer, aprovecha tu espacio de tiempo del almuerzo para salir y estirar las piernas. Si tienes bastante tiempo libre a la hora de comer puedes incluso acercarte al gimnasio.
De camino al trabajo
Si crees que hacer ejercicio en el trabajo es poco discreto, prueba a hacerlo mientras te diriges hacía allí. Por ejemplo, si en el trayecto en coche te encuentras en medio de un atasco, haz el siguiente ejercicio: presiona el abdomen, como si el ombligo se acercara a tu columna vertebral y mantente así unos segundos mientras respiras.
Por supuesto, también puedes optar por caminar hacia tu trabajo si la distancia te lo permite, ir en bicicleta o parar un par de paradas antes si vas en autobús. Si hay semáforos de por medio prueba a contraer los glúteos o el abdomen.