Tras el éxito de disciplinas como Zumba o Body Jam que han llevado el baile a los gimnasios, llega ahora el Sh´bam, una mezcla de movimientos de aeróbic con coreografías sacadas de videoclips.
En los últimos años han proliferado, sobre todo en los centros deportivos, distintas modalidades deportivas que tienen como base la danza. El Sh´bam hereda movimientos del aeróbic, muy sencillos y divertidos. En muchos gimnasios intentan eliminar “la tiranía del espejo” bailando en círculos o en parejas porque, más que una coordinación entre quienes lo practican lo importante es moverse sin restricciones y disfrutar del ejercicio. Por eso se suelen practicar pasos sacados de videoclips actuales de música latina o electrónica.
En una clase de esta disciplina, que dura unos 45 minutos, se queman alrededor de 500 calorías, dependiendo siempre de la intensidad de los movimientos. Es cierto que se quema menos grasa que en Zumba pero también es una actividad menos exigente y más accesible a todo tipo de personas.
Normalmente quienes se apuntan a este ejercicio buscan reducir tripa y afinar la cintura aunque se trabajan todos los grupos musculares y se tonifica el cuerpo sin riesgo a ponerse musculosas, el temor de muchas mujeres. Por eso, si te decides a practicar esta nueva disciplina fitness y si lo que te interesa es lucir un vientre plano puedes ayudarte de las mallas anticelulíticas AppleSkin, con efecto adelgazante fabricadas con un tejido con gran elasticidad que te permite todo tipo de movimientos.
Si se tuviera que establecer una comparación, una sesión de Sh´Bam sería como estar bailando en una pista de baile de una discoteca. De hecho algunos gimnasios de Europa están trabajando en incluir en sus salas instalaciones de vídeo, sonido y luces aunque esta idea todavía no ha llegado a nuestro país.
Otros de sus beneficios, más psicológicos que físicos son la liberación de adrenalina, su componente social y que supone, sin duda, una inyección de autoestima y buen humor. Tanto es así que los profesionales de esta modalidad afirman que al terminar una sesión el cuerpo está lleno de endorfinas, popularmente conocida como la hormona de la felicidad.
Se aconseja realizar esta modalidad de baile al menos 3 veces a la semana para poder notar sus resultados y sacarle el máximo partido o bien tomársela como un entrenamiento complementario a otros más exigentes.