Las agujetas, ese temido dolor muscular que aparece horas después de haber realizado ejercicio. Seguro que alguna vez las has experimentado. ¿Qué son realmente? Desterramos mitos y te contamos cómo librarte de ellas.
Las agujetas se conocen científicamente como dolor muscular de origen retardado (DOMS). Se creía que se producían por la cristalización de ácido láctico (esos cristales puntiagudos pinchaban al músculo), pero se ha demostrado que personas que no pueden producir esta sustancia también sufren dolor de agujetas.
Por tanto, la teoría que mejor explica esta sensación dolorosa es que se trata de una reacción inflamatoria consecuencia de microlesiones musculares que se producen cuando se realiza ejercicio. Especialmente ocurre cuando el cuerpo no está habituado a la intensidad de la actividad en cuestión. Por eso te pasa cuando llevas mucho tiempo sin practicar deporte o cuando te esfuerzas más de lo normal en una sesión deportiva.
El dolor de las agujetas suele aparecer entre 24 y 48 horas después de haber realizado el entrenamiento. Lo bueno es que no es permanente, suele durar otro día o día y medio.
¿Cómo podemos reducir las agujetas?
Preparar el músculo: Antes de hacer ejercicio dedica unos minutos a realizar un calentamiento y, después de tu jornada a estirar y realizar un enfriamiento adecuado.
Realizar un esfuerzo gradual: La mesura en el deporte también es importante. Si hace mucho tiempo que no te ejercitas, no te pases en el primer entrenamiento. El esfuerzo y las metas a alcanzar deben ser graduales y sensatas. Existe la regla del 10% que consiste en aumentar poco a poco el tiempo de ejercicio y la intensidad del mismo. La idea es aumentar semanalmente ese porcentaje. El cuerpo necesita una adaptación.
Hidratarse: Beber agua o bebidas isotónicas antes, durante y después del ejercicio es una gran ayuda.
Alimentación sana: Una alimentación equilibrada te ayudará a rebajar las agujetas y las molestias al practicar deporte.
Descanso: Sobreentrenar es igual de negativo que llevar una vida sedentaria, descansa si lo necesitas. Aunque tengas muchas ganas de ponerte tus pantalones anticelulíticos y salir a correr, se paciente. En cualquier caso, las agujetas no necesitan tratamiento, desaparecen con el paso del tiempo.