El trabajo, los niños, los exámenes, las preocupaciones diarias… todas las obligaciones que tienes pueden hacer que padezcas estrés o ansiedad. Pero a veces este problema va más allá y los nervios te hacen picar grandes cantidades de comida entre horas. ¿Eres de las que asaltan la nevera por la noche o busca alivio en un buen atracón?
El estrés influye en la nutrición de las personas. Muchas veces la consecuencia es que experimentes más sensación de hambre y tiendas a comer en exceso. A la larga puede afectar nuestra salud y ser motivo de un importante aumento de nuestro peso. Esto ocurre porque con la comida buscamos una gratificación inmediata pero no real a un problema emocional. Si la situación de estrés se mantiene en el tiempo, se empieza a liberar una hormona denominada cortisol, responsable de un mayor apetito. El cortisol aumenta la motivación y también el deseo por comer.
Llegados a un extremo, si comemos compulsivamente, podemos estar hablando de hiperfagia, la ingestión de cantidades excesivas de alimentos que se manifiesta por un deseo irresistible de comer sin hambre real. Los dos grandes grupos de posibilidades del aumento de apetito son las psicológicas y las alteraciones hormonales y entre las primeras se encuentra la ansiedad.
Un estudio realizado por la Universidad de Washington asocia niveles altos de estrés laboral con la ingesta de mayor cantidad de comida rápida y una mayor frecuencia de comer mientras se realizan otras tareas. Además, las personas que padecen estrés tienen con frecuencia preferencias por alimentos con alto contenido en grasas y azúcares conocidos como “alimentos consuelo”, por lo que estaría consumiendo muchas más calorías de las que realmente necesita su cuerpo.
¿Qué hacer para controlar el estrés y evitar los atracones?
Aunque la mejor solución es la prevención, si notas que últimamente estás más agobiada o nerviosa de lo normal y te sorprendes a ti misma picando entre horas, es mejor que le pongas solución antes de que sea demasiado tarde.
1. Apoyo: A veces, dejamos que los problemas de acumulen y nos empeñamos en afrontarlos solos. Los amigos y la familia son importantes fuentes sociales que pueden ayudarnos a reducir el estrés. También es importante que consultes con tu médico si sufres episodios de ansiedad.
2. Organización: Respetar los horarios y los tiempos de comida es importante para conservar los buenos hábitos alimenticios. Si lo trasladamos a otros ámbitos, en ocasiones, nuestro estrés viene provocado por una mala planificación de nuestras actividades.
3. Ejercicio: Hacer deporte libera tu mente y, por un rato, te aleja de tus preocupaciones, además de ser un hábito saludable y una buena manera de mantenerse en forma. Además, el ejercicio de intensidad baja-moderada disminuye la liberación de cortisol, por lo que contribuye a la regulación del apetito. ¡Ponte tus pantalones AppleSkin y ejercítate para apartar tus problemas!
4. Meditación: Ya te hemos hablado en ocasiones de los beneficios de ejercicios como el yoga o el taichí. Estos no solo son físicos sino también mentales: reducen el estrés y te ayudan a afrontar las dificultades, controlar tus impulsos y por consiguiente, evitar comer más de la cuenta.
Pues mira, las últimas anticeluliticas que he probado y me han ido bastante bien han sido: ROC ANTI-CELLULITE INTENSIVE: son 150ml y viene en un bote con difusor. Me iba bastante bien pero me parecía muy cara para la poca cantidad que trae, y los dos últimos que me compré tenían el difusor defectuoso. SOMATOLINE COSMETIC: es más cara, pero trae 500ml y se compra en la farmacia. Me gusta más porque solamente hay que aplicarla por la noche en vez de dos veces al día .Yo sé que estoy notando los resultados, pero también es verdad que me he puesto un poco a régimen, estoy yendo al gimnasio y bebiendo mucho agua, supongo que todo le hace.
Un saludo Lola, y gracias por postear