Hay productos que probablemente compres en el supermercado pensando que son muy saludables y resulta que todo lo contrario. Tras las etiquetas light, integral o healthy se esconde otra realidad ¡que no te engañen!
La única forma de tener la seguridad de que un producto es sano es comprobando la información nutricional de su etiqueta ya que el simple envoltorio puede llevarnos a error.
- Zumos de frutas
En seguida nos apuntamos un tanto pensando que estamos comiendo fruta de forma natural pero los zumos o smoothies que compras en el supermercado suelen estar cargados de azúcares añadidos y probablemente hayan perdido su fibra, consecuencia de ser procesados. Si te gusta beber fruta te recomendamos que te hagas tus propios smoothies en casa porque solo así sabrás que conservan todas sus propiedades.
- Tomate frito
Desde el principio podemos intuir que no es el alimento más sano del mundo pero muchas veces es inevitable no introducirlo en la cesta de la compra. Hay que tener muy en cuenta las etiquetas de las diferentes marcas porque existe bastante diferencia entre ellas. De hecho, no te fíes de la indicación “receta casera” porque, aunque incluya menos aditivos, puede estar cargado de azúcar.
- Pan integral
Confundir “integral” con “adelgazante” es un error muy común y un mito que debe ser desmentido. Es cierto que el aporte de vitaminas y minerales es superior en el caso del pan integral, las calorías son parecidas a las del pan blanco pero el aporte de grasas es mayor en el caso integral. Como mucho, podemos aferrarnos a que sacia más y evitamos comer más cantidad. Pero de adelgazante nada.
- Yogurt light
Parece que la palabra light nos libera de toda culpa y muchas veces hay que hacer una segunda lectura para comprobar qué esconde. Light no significa sin azúcar, sin grasas o, mucho menos, sin calorías, sino que su aporte calórico es inferior. Si consumes dos raciones de un alimento light estarás ingiriendo más calorías que si lo haces de su homólogo no light. En el caso del yogurt las versiones light reducen la grasa pero a costa de añadir azúcar. Echa un vistazo al etiquetado de los yogurts que compras en el supermercado y verás que ciertas marcas te están vendiendo un producto ligero al mismo tiempo que añaden hasta 4 terrones de azúcar en una sola unidad.
Vigilar lo que comes prestando atención al etiquetado es tan importante como hacer ejercicio si quieres ponerte en forma. Además de una alimentación casera, a la hora de ejercitarte puedes ayudarte de pantalones con propiedades cosméticas, como las mallas AppleSkin de Happy Dance, anticelulíticas y adelgazantes y a la vez cómodas y estilosas.